El agua es uno de los peores enemigos de los teléfonos móviles. En muchos casos un chapuzón de nuestro smartphone supone su fin. Para dar una última esperanza a los que sufran este tipo de accidentes, Nokia ha publicado unos consejos básicos para resucitar un "móvil ahogado".
Tran el desastre, lo primero que hay que hacer es dejar que se escurra todo el líquido. Aunque parezca un consejo evidente, tiene una importancia suprema: a mayor cantidad de líquido que salga, más posibilidades tendremos de salvar nuestro teléfono.
En segundo lugar, hay que extraer tarjetas y la batería. Según los especialistas de la marca finlandesa es necesario retirar la tarjeta SIM, las tarjetas de memoria y, si es posible, la batería, para prevenir un cortocircuito. Además es probable que tras el baño, estos componentes hayan quedado inutilizados.
El tercer paso consiste en secar el dispositivo. Siempre se realizará con una toalla o un paño seco, y jamás con papel o un secador eléctrico, al ser estos últimos muy nocivos para ciertos componentes de nuestro dispositivo.
El siguiente punto pone fin a una de las grandes leyendas urbanas relacionadas con los móviles: los beneficios del arroz. De esta manera, Nokia recomienda un uso de lo más casero para completar el salvamento: meter el terminal en una bolsa llena de arroz, ya que este cereal tiene la capacidad de absorber la humedad. Y si, además, sitúas la bolsa encima de un radiador durante toda la noche, mucho mejor.
Por último ya sólo queda encender el teléfono y comprobar si funciona. En el caso afirmativo, volver a situar los componentes que hemos retirado y esperar si nuestro móvil responde. No siempre resulta, pero gracias a este "manual de uso", tenemos una última oportunidad de devolver la vida a un teléfono ahogado.
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