Un grupo de voluntarios ha creado una aplicación gratuita para que los teléfonos móviles de toda la Tierra puedan unirse y formar la mayor orquesta de la historia el próximo 11/11 a las 11:11h 11s y 111 milisegundos. Todo aquel que desee unirse pude hacerlo a través de la página http://sinfoniamasiva.org .
Esta iniciativa tiene muchas facetas interesantes, algunas no obvias a primera vista. Por una parte, la creación de una Sinfonía Masiva es una muestra de cómo la Ciencia básica se puede transformar en un instrumento para generar emociones colectivas inesperadas. Tiene algo de fascinante saber que la acción que tomas con tu teléfono está coordinada al milisegundo con el de otra persona que desconoces y que vive a miles de kilómetros de distancia. Por otra parte, la acción sincronizada de muchos teléfonos lanza un mensaje claro: "juntos". Sí, juntos podemos realizar acciones que transformen nuestra sociedad. Es un mensaje positivo, sin ánimo de protesta. Por ello, la acción que tomarán todos los teléfonos será tocar un minuto de la Quinta Sinfonía de Beethoven, acompañada de un bellísimo vídeo en que la Tierra está formada por notas musicales que empiezan a bailar con la música.
Técnicamente, la aplicación que sincroniza los teléfonos aprovecha los protocolos que fijan el tiempo en los servidores de internet. El reloj atómico que marca el tiempo de la Tierra (llamado Tiempo Coordinado Universal, UTC) se sincroniza con otros relojes atómicos formando una red. El desarrollo nada trivial realizado por el equipo de sincronización ha permitido que cada teléfono se sincronice con el UTC con una precisión de 10 milisegundos, de forma mantenida. Una vez lograda esta sincronización, la tecnología se esconde y podemos crear nuevas emociones.
La utilización precisa del tiempo es, posiblemente, la nueva barrera que nuestra sociedad está lista para franquear. Hace unos años, el GPS permitió crear todo tipo de aplicaciones basadas en geoposicionamiento preciso. Nos falta todavía incorporar el tiempo preciso en nuestras acciones. Tal vez sea posible crear nuevas formas de votar, de opinar, o incluso de hacer transacciones financieras empleando marcas de tiempo ultra precisas. Necesitamos un poco de tiempo para comprender cómo utilizaremos el control al nanosegundo de nuestro tiempo.
La Sinfonía Masiva tiene también un pequeño elemento de trascendencia.
Es la primera vez que nos podemos sincronizar sobre toda la faz de la Tierra. Utilicémoslo para elevar una música bellísima. Es un mensaje atemporal, sin credo, ni raza, ni lucro, del que nos sentiremos orgullosos en el futuro.
José Ignacio Latorre es Catedrático de Física Teórica de la Universidad de Barcelona y voluntario en el desarrollo de la sincronización de la Sinfonía Masiva.
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