Un grupo de científicos de la Escuela
Politécnica Federal de Lausana (EPFL) ha conseguido dar un paso adelante
hacia la comprensión de cómo
funciona el cerebro, gracias a la identificación de los
«principios clave» que determinan las conexiones que se producen entre las
neuronas. «Lo que creemos es que cada neurona crece independiente de las
demás y que, cuando todas han crecido, simplemente se producen colisiones
accidentales entre ellas y se forman las sinapsis (la conexión entre dos
neuronas)», explicó el director del proyecto Blue Brain, Henry Markram.
El
equipo de Markram llegó a esta conclusión después de recrear en un ordenador un
microcircuito neuronal compuesto
por 10.000 células de este tipo (el cerebro humano se compone
de unos 100.000 millones) y observar que las conexiones que predecía el modelo
eran muy similares a las que se comprobaron en un circuito cerebral equivalente
procedente de un mamífero real.
Según
el director del proyecto, «la explicación de cómo conectar las neuronas era uno
de los grandes retos. Sabemos cómo se tocan unas neuronas con otras y cómo
forman las sinapsis, pero no
sabíamos la regla general que siguen millones de neuronas».
«Podría pensarse que una neurona, a través de químicos, es atraída y repelida
hasta que encuentra a otra neurona y establece una conexión con ella, pero es mucho más simple»,
aseguró Markram, aludiendo así a la hipótesis de la quimioafinidad, que establece
que estas células siguen unas señales químicas que les indican con qué otras
conectarse.
«El mapa era muy parecido»
Para
llevar a cabo su investigación, el grupo de la EPFL tomó «muchas» neuronas de tejidos cerebrales
y las dibujó en ordenador en tres dimensiones, al tiempo que estudió pares de
células conectadas por sinapsis y estableció exactamente dónde se forman estos
enlaces. Una vez dibujadas las células en el ordenador, con ayuda de un
algoritmo los científicos determinaron todos aquellos puntos en los que las ramificaciones de las neuronas se
unían para formar sinapsis.
«Se
tomaron todos los puntos en los que conectaban las neuronas y trazamos un
circuito cortical, lo comparamos con los mapas que hemos visto en experimentos
reales y descubrimos que el mapa
era muy parecido», aseguró, para concretar que entre la
previsión y el mapa real había «algunas excepciones». Apuntó que ahora están en
condiciones de «aplicar esas excepciones» y predecir las posiciones que ocuparían las
sinapsis en el cerebro.
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