martes, 18 de septiembre de 2012

ULTRABOOK

¿Quién necesita un Ultrabook?

     Es muy importante tener presente que estos equipos son fundamentalmente para aquellos usuarios qeu tienen unas elevadas necesidades de movilidad. Y, sobre todo, para los que dedican buena parte de su tiempo a navegar por Internet, manejar herramientas ofimáticas y utilizar aplicaciones no demasiado exigentes.

     Debido a la presencia de motores gráficos integrados y procesadores de bajo consumo, podemos olvidarnos de disfrutar juegos en 3D, aplicaciones de edición y conversión de vídeo u otras herramientas complejas que precisen de un sistema de altas prestaciones. Eso sí, para las personas que se muevan frecuentemente, necesiten cargar con el mínimo peso y tener un tamaño muy manejable, los Ultrabooks son una opción perfecta. Fino, ligeros, dotados de una autonomía que supera las 5 horas y un sistema que permite su activación de una forma casi instantánea, y que nos permite empezar a trabajar o consultar un dato fácilmente y en cualquier parte.

Las exigencias de Intel siguen

     Llevar la etiqueta de Ultrabook (en realidad es una marca registrada por la propia Intel) no es, ni mucho menos gratuito. El fabricante obliga a las marcas de PC a cumplir con sus especificaciones para conseguir, en última instancia, equipos más ligeros y autónomos. Son las siguientes características:

     - El grosor pasa de los más de tres centímetros habituales a 1'8 centímetros como máximo.

     - Las baterías deben ser planas, y no cilíndricas, para conseguir diseños más estilizados.

     - Para almacenar datos hay que cargar un módulo SSD. Si el fabricante opta por el disco duro de siempre, debe incorporar uno de dimensiones reducidas. Los fabricantes también pueden optar por soluciones híbridas.

     - La CPU debe ir soldada a la placa, y no en formato zócalo.

     - El disipador de calor debe pasar de 9 a 6'5 milímetros.

     - No deben llevar unidad óptica, aunque hay fabricantes trabajando para conseguir dispositivos lo suficientemente optimizados para ser encajados en la carcasa de un Ultrabook.

Si quiero un ordenador, ¿por cuál me decido?

     Probablemente muchos piensen en los Ultrabooks com los portátiles de nueva generación que van a sustituir a los más tradicionales. Sin embargo, por ahora no será así. Los Ultrabooks que vemos en el segmento PC hoy por hoy son equipos donde, por definición, se ha hecho más énfasis en la movilidad y autonomía que en las prestaciones. Esto supone que un Ultrabook no siempre nos servirá para realizar todas las tareas que pueda necesitar un usuario medio. Es cierto que son válidos para uso ofimático no demasiado exigente y tareas básicas, como navega por Internet, correo electrónico, etc. Sin embargo, si nos metemos en conversión de vídeo, tratamiento digital, etc, no son la mejor opción. Incluso por capacidad de almacenamiento o cantidad de RAM están muy lejos de que podamos pensar en ellos como nuestro único PC. Por todo ellos, vemos al Ultrabook como un complemento perfecto para todos aquellos que necesiten un equipo lo más ligero posible, pero con las posibilidades de un PC y que además tengan otro ordenador de sobremesa o portátil de ciertas prestaciones. Es decir, es un componente perfecto para movilidad, aunque tendremos que ser un usuario con unas necesidades muy básicas como para contemplarlo como el único PC de nuestra vida.

     Por ello, es importante tener presentes sus limitaciones y saber ubicar los Ultrabooks en el lugar correcto a la hora de definir nuestras prioridades de compra. Por ello, y al margen del nuevo (y caro) MacBook Pro Retina de Apple, por ahora, si necesitamos un buen nivel de rendimiento de movilidad no tendremos más remedio que buscar un portátil más tradicional. Si no es el caso, y nuestras prioridades van más por la autonomía, mínimo grosor/peso y tenemos presupuesto, uno de los nuevos Ultrabooks será perfecto.


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